Parece que me gusta meterme en los fregaos más variopintos, y este coche tiene su historia:
Perteneció en un primer momento a Carlo Zimermann, muchos lo conoceréis de la Conce de Altea. Allá por Julio del 2005, en una sospechosa reunión subterránea en el parking de un aeropuerto gallego, el viejo holandés cambió de manos, para formar parte de la cuadra de Grupolargo (que también le gustan un poco los fregaos más variopintos
) Una vez realizado todo el papeleo de importación, aduanas, ITV y demás, lo tuvo bajo su manto hasta las navidades de 2007. En este momento paso a manos del ínclito Jaabier que se entretuvo un tiempo con él (en reparar un turbo que no estaba roto, cambiar la junta de culata, pelearse con la bomba de la gasolina y el dichoso relé que la comanda...) Vamos... que no se aburrió. Actualmente el coche lleva casi 320.000 kilómetros sobre sus lomos, ahí es nada... y tira que da gloria verlo (y oírlo)Una vez puesto el coche en orden de marcha, y de la manera más fortuita, le comenté a Jaabier que me hacía tilín el automático, y casualmente a él le hacía la misma gracia el germano de seis cilindros que habitaba en mi garaje. Tras dos minutos negociando el cambio y dos horas de animada charleta de mil cosas distintas, concretamos que lo mejor es quedar a medio camino, con algo de festividad y alevosía (por aquello de los contrarios y contrarias)
Dicho y hecho; la ciudad de Burgos fue muda testigo de la consumación. Otra media horita de risas (menuda cafetería...) y para casa.
Sobre el coche... ¡Que os voy a decir! que me encanta por varios motivos:
- Me apetecía mucho volver a una mecánica de 8 válvulas turboalimentada
- El hacerme con un coupé era de obligado cumplimiento (teniendo ya una sedán y un cabrio)
- Que fuera blanco, con techo solar y Pre87 era la guinda.
Y como colofón a las peculiaridades de esta unidad es su cambio de velocidades: Es una caja Borg-Warner de fabricación inglesa, automática de tres velocidades y sin ningún tipo de electrónica. Es realmente peculiar su conducción y su manejo, pero si le pillas el truco es hasta divertida. El disfrutar de un viaje con un 900 automático con cruise control (que funciona a la perfección!) es muy agradable.
Os dejo unas fotos muy malas (hechas con un móvil un día nublado) después de un reconfortante baño. Lo ideal sería pintarlo entero, pero si no me toca una quiniela de trece por lo menos la última jornada, pues como que se va a quedar así. El techo si que me gustaría tapizarlo. No os perdáis los asientos, impresionantes; de un color entre bronce y chocolate dependiendo de la luz. Grandes y mullidos, super cómodos. El "extra" del extintor tiene su punto, aunque me da un poco de mal rollo...
Os iré contando más cosas de él, por ahora... nos estamos conociendo
Espero que os guste, un saludo!
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